Una
incesante lucha por la libertad y la vida
La
guerra, los muertos, los túneles, las víctimas y los victimarios, el complot y
la frustrada libertad. La
excavación, uno de los relatos más representativos del
Cervantes paraguayo.
Por
Fernando Chelle
El texto elegido para el
análisis literario pertenece al escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos
(Asunción, Paraguay, 13 de junio de 1917 – ídem, 26 de abril de 2005). Se trata
de un cuento titulado La excavación,
perteneciente al libro El trueno entre
las hojas, publicado por la editorial Losada, en la ciudad de Buenos Aires,
en el año 1953.
El
trueno entre las hojas es uno de los libros más importante de
Augusto Roa Bastos, es gracias a él que el autor paraguayo comenzó a ser
reconocido internacionalmente. La
excavación, el cuento a trabajar, es el quinto de diecisiete relatos que
componen la obra. Son textos que abordan temas como la dominación política, el
choque cultural, racial y lingüístico paraguayo y la lucha de los individuos
por la supervivencia. El trueno entre las
hojas, es una obra que se nutre de la literatura oral-popular del Paraguay.
A través de los cuentos desfilan personajes sufridos, despojados de libertad y
de dignidad. Son hombres violentados, viviendo en medio de la miseria y de la
opresión. Roa Bastos, en esta obra, recurre frecuentemente al grotesco como
recurso descriptivo, para desde esa perspectiva hiperbólica destacar la miseria
y la injusticia. En la mayoría de los relatos, no es el caso de La excavación, una comunidad natural se
ve violentada por la llegada de la civilización, frente a esta situación, la
comunidad primitiva no tiene otra alternativa que luchar contra la violencia,
la degradación y la esclavitud que trae el triunfo civilizatorio. Las
diferentes luchas que se ven a lo largo de la obra van a estar marcadas por la
esperanza de los desdichados personajes.
En La excavación, un recluso llamado Perucho Rodi, que vive junto a
casi un centenar de presos en una celda, se encuentra prácticamente muerto en
vida, llevando una existencia miserable. El relato, que hace referencia tanto a
las guerras intestinas paraguayas como a la guerra del Chaco y que muestra las condiciones paupérrimas de la
vida carcelaria paraguaya, tiene como tema central la lucha agónica de Rodi por
lograr la libertad, y con ella, la vida.
La voz del narrador omnisciente es la que marca la estructura del relato. Comienza
la narración en el presente de la acción y luego hay dos analepsis
(retrospectiva), una para referirse a las crueles condiciones de vida de los
reclusos de la celda 4 (valle-i) y otra que se centra en la operación militar
llevada a cabo por el protagonista en la guerra del Chaco.
Líneas
generales del argumento
Un ex combatiente de la guerra
del Chaco, de nombre Perucho Rodi, se encuentra hacinado con otros presos en la
celda 4 (valle-i), un lugar que en situaciones normales solo hubiera contado
con ocho reclusos. Todos son presos políticos que están allí desde hace seis
meses tras la finalización de una guerra civil. En principio eran ochenta y
nueve presos, pero al tiempo del relato ya han muerto diecisiete, nueve por
diversas enfermedades, cuatro por las torturas recibidas, dos por tisis y los
otros dos se habían quitado la vida. La situación infrahumana que viven los
reclusos y el deseo ansioso por recobrar la libertad, los lleva a organizarse
para excavar un túnel que les permita escapar de la prisión. Turnándose el
trabajo cada cuatro horas, cada día seis hombres avanzan cincuenta centímetros
hacia la libertad. Perucho Rodi, el preso protagonista del relato, había sido
estudiante de ingeniería y además contaba con la experiencia de haber excavado
un túnel anteriormente en la guerra del Chaco. Ahora, con un plato de borde
afilado que había servido como un arma mortal para otro compañero de celda, excava
el túnel que, según sus cálculos, lo llevaría desde la celda 4 (valle-i) al
barranco del río Paraguay.
La situación de encierro,
enfermedades, torturas y suicidios que se nos cuentan en este relato es
verdaderamente trágica, espeluznante. La celda 4 (valle-i), es un lugar donde
los hombres apenas sobreviven sostenidos únicamente por la esperanza de que en
algún momento recobrarán la libertad. Al momento de la narración, han pasado
cuatro meses de asfixia y trabajo duro, faltan solo unos cinco metros para
terminar el túnel, unos veinticinco días de trabajo. El relato de Roa comienza
con un desprendimiento de tierra, que al protagonista, en principio, no le
parece alarmante. Pero inmediatamente después se produce un segundo
desprendimiento que deja enterrada la parte inferior del cuerpo del excavador.
Como lectores, con la descripción que hace el narrador de la situación, tomamos
conciencia de que Rodi se encuentra definitivamente atrapado y que nada podrá
hacer para sortear esa situación. No hay forma de que vuelva a la celda ni que
llegue al barranco, porque la distancia todavía es muy larga. El narrador, en
un estilo indirecto libre, comienza a mostrar cuales son los pensamientos de
Perucho Rodi, que no interpreta con claridad lo que le acaba de suceder. Su
deseo imperioso por lograr la libertad lo lleva a confundirse y a tener una
desmedida esperanza. A medida que la asfixia avanza el excavador comienza a
recordar su etapa de soldado en la guerra del Chaco. Hay en los pensamientos de
Rodi una retrospectiva, pareciera como si el túnel que está cavando al único
lugar que logra llevarlo es a donde viven sus recuerdos, donde casualmente se
encuentra otro túnel. En la guerra del Chaco, que enfrentó a paraguayos y
bolivianos, en el frente de Gondra, las trincheras enemigas estaban apenas a
cincuenta metros de distancia. Perucho Rodi, junto a otros catorce hombres,
cavó en dieciocho días un túnel de ochenta metros, desde la trinchera paraguaya
hasta la parte posterior de la retaguardia de los bolivianos. Esto hizo que de
esa batalla saliera vencedor, ya que gracias a la estratagema del túnel pudo
tomar por sorpresa al enemigo. Los recuerdos de Rodi pasan a convertirse en una
alucinación, en un delirio, y el relato adquiere una característica de
circularidad. Perucho Rodi, no logra distinguir, o mejor, interpreta que las
ochenta y nueve víctimas acribilladas en la noche de Gondra son los ochenta y
nueve reclusos de la celda 4 (valle-i). Las caras de aquellos hombres de la
guerra del Chaco han pasado a ser las de sus compañeros de celda, y aquel soldado
boliviano a quien ametralla, se le parecía tanto a él mismo que lo hubiera tomado
por su hermano mellizo.
Perucho Rodi muere asfixiado.
El túnel no logra llevarlo a la libertad, ni a él ni a ninguno de sus
compañeros de celda, es más, será la excusa y la fachada que utilizarán los
guardias de la prisión para terminar con todos los reclusos. Cuando los
carceleros descubren el túnel de la celda 4 (valle-i) se inspiran de forma
macabra. La noche siguiente al descubrimiento del túnel, los reclusos
encuentran el cerrojo de la puerta descorrido. Pese a lo inexplicable de la
situación, no sospechan de una posible emboscada. Salen, encuentran todo
desierto, franquean una puerta trasera que daba a una callejuela y caen en la
trampa. Son eliminados en pocos segundos por un fuego cruzado de
ametralladoras. Es una muerte similar a la que sufrieron los bolivianos del
frente de Gondra a manos de Rodi y otros soldados paraguayos.
Los jefes de la prisión
pudieron tergiversar la verdad ante la opinión pública, contaban con una
explicación satisfactoria de los hechos, pudieron mentir con la verdad. Allí
estaba el túnel que nadie quiso examinar y que hacía creíble la versión de que
los reclusos habían querido fugarse. El relato se cierra mostrando la
invariabilidad de la situación carcelaria, ya que se refiere que el túnel fue
tapado y poco después la Celda 4 «volvió a quedar abarrotada», lo que muestra
que un ciclo macabro volvió a comenzar.
Una
pequeña reflexión
Este es un relato que
podríamos calificar como típico de Augusto Roa Bastos. En él está implícita la
protesta social, la denuncia por las condiciones de vida de los menos
favorecidos, la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la
injusticia. Está presente también algo que se dijo al principio de este
artículo, la esperanza del desdichado personaje en medio de una situación
completamente adversa. La esperanza está presente ya en el hecho de la decisión
de excavar el túnel por parte de los reclusos, pero la vemos también en los
pensamientos confundidos del agonizante Rodi. Unos pensamientos que no están
exentos de culpa porque antes de su muerte Rodi recuerda lo que lo atormenta,
las muertes que carga de la guerra del Chaco. La genialidad de Roa está en el
juego que establece entre pasado y presente a través de los pensamientos de
Perucho Rodi. Este recluso, que se encuentra en el presente de la narración en
una situación infrahumana y que es víctima de abusos e injusticias, en el
pasado fue el victimario de ochenta y nueve bolivianos a quienes masacró
mientras dormían. Visto de esta forma, él también resulta un traidor de la
fraternidad humana, por eso se siente culpable. Por eso los ochenta y nueve
rostros de los soldados bolivianos del pasado, pasan a ser los ochenta y nueve
rostros de los reclusos paraguayos del presente, incluido el propio Perucho
Rodi, que se ve reflejado en aquel soldado enemigo a quien abatió con su
ametralladora en la noche inolvidable del frente de Gondra.
Artículo
perteneciente al libro El cuento latinoamericano en el siglo XX
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