Querido
amigo:
Algunas veces, el destino nos
manda personas que por el momento creemos que son insignificantes, aunque esto
no siempre sea así. En ocasiones, esas personas son todo lo que terminas necesitando.
Un buen ejemplo serias tú.
Fui a Durania en búsqueda de
un nuevo camino, en realidad quería alejarme de mis pensamientos. Mi única idea
era huir de lo que sentía, aunque solo fuera por una noche. Con el corazón
roto, una botella de alcohol y una hermosa luna, quizá pudiera lograrlo. Deseaba
una compañía como la tuya, que no juzgara las razones de mi llanto, que me
comprendiera. Ahí estabas tú, apoyándome y cuidándome, mientras que yo hablaba
del hombre que me había lastimado hacía unos días.
Fue pasando el tiempo y aun
seguíamos en contacto, comprendí que no eres una persona fácil de conocer. Para
que alguien se gane tu confianza tiene que hacer mucho, como verte llorar y reír,
aguantarte en tus loqueras y momentos de tristezas, y entre otras cosas, estar
contigo cuando tomes. En algún momento temí que nunca confiaras en mí, pero después
de tantos meses hablando todos los días, creo que lo conseguí.
Como todos, tenemos cosas en común,
pero somos muy diferentes, aunque a simple vista nadie lo note. Tú, siempre
intentando tener los pies sobre la tierra, evitas el romanticismo y eres
realista, y yo, tan soñadora, con mi manera idealista e ingenua de ver el mundo
y el amor. Sin embargo, esas diferencias por el momento no nos han causado
problemas y espero que no los haya en el futuro.
Estoy muy agradecida contigo
por darme la mano cuando más necesitaba a una persona. En los momentos en que
el llanto y la ansiedad estaban al límite, llegabas con tus palabras fuertes y
esos consejos que ayudaban a tranquilizarme, lo mismo que cuando me hacías reír
con esas notas de voz que me enviabas, cantando vallenato y reggaetón.
Querido amigo, debo decirte
que el próximo año, cuando la distancia ya no nos afecte, tendrás que
aguantarme más de lo que haces ahora. Haremos muchas cosas y si está en mi
alcance, intentaré hacer cumplir tus sueños o anhelos. No pierdas el tiempo
mirando en tu reloj cómo los minutos pasan, no te lo obsequié con ese fin. Quisiera,
en ese tiempo que va transcurriendo, estar junto a ti, viviendo instantes de felicidad
y explorando el mundo.
Eres mi mejor amigo, así te
presento ante las personas que me rodean, incluso cuando se burlan por tu
tierno apodo –gatito-.
Con cariño, tu mejor amiga, romántica y
soñadora
Tatiana Ballen Garcia
Comunicación Social
Primer semestre
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